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domingo, 15 de agosto de 2010

“Sin feminismo no hay socialismo”



Sandra Trafilaf / CLOC-VC-Chile
Dirigentas de organizaciones campesinas y de agrupaciones feministas de América Latina, se dieron cita en el marco del IV Foro Social Américas (FSA) en Asunción, Paraguay, en un conversatorio que intenta acercar distintas visiones sobre la liberación de las mujeres para construir una propuesta de sociedad anticapitalista y antipatriarcal, un proyecto socialista que sea emancipador, incorporando las distintas identidades.
El conversatorio “Taller sobre feminismo y socialismo”, tuvo como panelistas a las representantes de la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (CONAMURI) de Paraguay, Fridas de Paraguay, Pañuelos en Rebeldía de Argentina, la Marcha Mundial de Mujeres (MMM) Brasil y la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) de Chile.
La presidenta de Conamuri, Magui Balbuena fue la encargada de abrir el panel, poniendo en el centro de su propuesta, que sin feminismo no puede haber socialismo, señalando “este tema no puede estar ausente de los grandes lineamientos políticos y debe ser encarado por los dos sexos, es impensable que un movimiento avance si no incorpora en todos los programas de las organizaciones sociales, el tema de la mujer y sus problemáticas específicas, feminismo y socialismo no son cosas aisladas”.
Durante el conversatorio, varias integrantes de organizaciones de El Salvador, Honduras, Guatemala, Estados Unidos y Chile, plantearon el tema de avanzar también en profundizar el debate al interior de los movimientos sociales, para ir conquistando pequeñas luchas en el cambio del pensamiento patriarcal que impera internamente en las organizaciones. Al respecto, se ha dado a conocer las dificultades que han tenido las mujeres en los distintos procesos de resistencia, para ser parte visibles en las distintas luchas que se han librado en el continente.
Además, las mujeres de organizaciones campesinas, han interpelado a las feministas, a realizar una profunda reflexión sobre cómo aunar las luchas por la emancipación de las mujeres, con las luchas y las demandas de los pueblos, para dar un mayor impulso a la reflexión de la nueva sociedad que queremos las mujeres.
Por otro lado, las feministas señalan que según la experiencia vivida en los socialismos reales, surge la necesidad de señalar, dentro de este socialismo que se quiere, que éste no sólo sea anticapitalista, sino también antipatriarcal, que incluya otras miradas y otras identidades, pues uno de los efectos más graves del patriarcado, que se debe combatir a diario, es la violencia de todo tipo sobre la mujer.
La separación que se hace entre feminismo y socialismo, es un debate que ha comenzado a repensar cómo unificar estas propuestas, por ello, las asistentes al conversatorio, valoran como altamente positivo el encuentro entre las campesinas y las feministas, como un gran avance en construir propuestas para un proyecto revolucionario socialista, que contemple un modelo de relaciones distintas, igualitarias y equitativas.

Dirigente ecuatoriano reflexiona sobre Reforma Agraria, Soberanía Alimentaria y Territorio


Viviana Rojas Flores /CLOC

“La tierra es para nosotros vida, la tierra es un ser vivo, tiene corazón es sagrada”

Un nuevo espacio de diálogo, discusión y análisis se inició el pasado 11 de agosto, cuando se inauguró el IV Foro Social Américas (FSA) en Asunción, espacio en el cual se han convocado diversos movimientos y organizaciones sociales del continente para abordar temas como la Soberanía Alimentaria, Reforma Agraria y el Territorio.

“Creemos que es un espacio para reconstituir un debate ideológico y político, en torno a los temas que nos incumben a los campesinos y campesinas a nivel continental, es urgente y necesario que toda la gente tome conciencia de los problemas que nos están afectando, es indispensable sumar a más personas a esta lucha”, dijo Luis Andrango, delegado de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo y Vía Campesina.

Luis Andrango, un joven líder indígena, y actual presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras del Ecuador (FENOCIN), participó en unos de los paneles más importantes sobre Reforma Agraria, Soberanía Alimentaria y Territorio, donde destacó como principal mensaje político dos modelos agrarios en disputa: por un lado, el modelo agro exportador que busca dejar la Agricultura en manos del capital, las transnacionales y el mercado, como parte de una ofensiva del capitalismo en el campo, donde las empresas transnacionales buscar apropiarse de nuestros factores de producción (tierra, biodiversidad, semillas, agua) y por otro lado, el modelo campesino que busca un Agricultura en manos de los y las trabajadoras del campo, para la producción de alimentos en armonía con la Pachamama. “Para nosotros la opción es el modelo campesino de la agroecología que prioriza la vida, la alimentación, la salud y sobretodo mejores condiciones de vida para el campesinado, no podemos seguir envenenando a las gente con tantos químicos, no podemos seguir matando a la madre tierra”, dijo.

Destacó como otra conclusión, que no basta con tener políticas públicas, con construir leyes de Soberanía Alimentaria, como en el caso de Ecuador, pasa sobre todo por organizarse, por fomentar el diálogo entre el campo y ciudad, por tomar conciencia sobre cómo nos ataca la industria alimenticia, pero enfáticamente afirmó que tiene que ver con un problema estructural y un modelo perverso llamado capitalismo. No es posible una Soberanía Alimentaria, ni una Reforma Agraria, sino se democratizan los medios de producción como la tierra, el agua, los créditos y la formación. En cuanto a la Reforma Agraria indicó, que es necesario trabajar por un renacer de la Reforma Agraria incorporando lo cotidiano, lo afectivo, las diversas cosmovisiones, incorporando elementos como la semillas, la agroecología campesina, el agua, la defensa del territorio para mejorar el enfoque de desarrollo rural utilizado hasta ahora. Asimismo, mencionó que el territorio no se circunscribe a la tierra, incluye a elementos fundamentales para la vida como el agua, el bosque, la biodiversidad, los bienes naturales, es decir, los medios vivos y espirituales, la gente y sobre todo, el saber colectivo acumulado que relaciona todo lo que existe.

En este contexto, el dirigente ecuatoriano afirmó que hace falta mayor movilización popular, para ejercer presión sobre quienes toman las decisiones en el mundo, además resaltó que otro punto importante, es el relacionamiento de movimientos entre sí. En este contexto, aplaudió las iniciativas de las organizaciones como Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y Vía Campesina (VC) que han desarrollado propuestas alternativas de cambio.

Campamento sudamericano de la CLOC - Vía Campesina discute cambio climático

Cristiane Passos/CPT/ CLOC-Vía Campesina Brasil

En la tarde del día 13 de agosto, las mujeres y hombres de la Vía Campesina discutieron el rumbo de la agricultura y producción de alimentos en el nuevo escenario climático que se consolida en el mundo. “Si el clima cambia completamente, será muy difícil mantener una agricultura en el mundo. Más que impedir, necesitamos revertir los efectos del cambio climático”, enfatizó Camila Montecinos, de la organización GRAIN de Chile. Según ella, la Vía Campesina tiene la tarea de impedir el cambio climático. Las campesinas y campesinos de todo el mundo serán los agentes transformadores y responsables, a través de su agricultura, por impedir la continuidad de ese proceso. Los latifundistas, las grandes empresas y las grandes industrias, son los grandes responsables por la emisión de gases contaminantes en la atmósfera, por la transformación de los vientos y lluvias y con el uso indiscriminado de herbicidas que envenenan nuestros suelos y aguas.

Además, esa agricultura a gran escala prioriza la exportación, haciendo que los alimentos viajen por el mundo. Para ese viaje es necesario gasto de petróleo al transportar el alimento y de energía para mantenerlo refrigerado, al igual que los gastos que implican los envases que después del consumo, irán a contaminar el medio ambiente. Como las ciudades, los estados y los países, no consumen solamente lo que es producido en sus regiones, el impacto de todo ese camino necesario para que lo alimento llegue a la mesa de las personas, es inmenso. Todo ese sistema de industrialización causa más de la mitad de la contaminación responsable por los cambios climáticos. Así, según Camila, la Vía Campera considera que esos cambios en el clima son ocasionadas por el actual modelo de producción y consumo en el mundo.

En cambio, el proceso de producción desarrollado por la agricultura familiar proporciona un impacto mucho menor al medio ambiente. En esa cultura no son utilizados aditivos químicos, se usa materias orgánicas para adobar el suelo, que a más de preservarlo, produce un alimento más saludable. Asimismo, el alimento puede ser vendido directamente al consumidor, ayudando al medio ambiente, pues disminuye el trayecto del alimento hasta la mesa y todavía, menos energia, pues se podrá consumir el alimento fresco.

Los campesinos y campesinas suman cerca de 95% de la población rural en el mundo, pero posee sólo 1/5 del área rural mundial, mismo produciendo más de la mitad de los alimentos consumidos por la población. “La defensa de la agricultura campesina e indígena no es sólo un derecho, pero una necesidad para el futuro de la humanidad. Seguimos adelante con nuestra lucha”, finalizó Camila.

Modelo de consumo impuesto por el capitalismo destruye el planeta

Diego Montón, del Movimiento Nacional Campino Indígena de Argentina (MNCI), dio continuidad a las discusiones llamando la atención de los participantes señalando que la matriz de consumo a la que la sociedad es inducida por las transnacionales, consume más energía y materias primas que el planeta consigue producir o reciclar. El país que, sin duda, lidera ese modelo es Estados Unidos de América, cuyo consumo exagerado está dejando el planeta enfermo.

Los campesinos, a su vez, poseen una sabiduría ancestral para producir de manera saludable y con menos impacto al medio ambiente. “Tenemos todo un antecedente de años y años, de generaciones y generaciones, de producción de alimentos de conformidad con la naturaleza”, resaltó Diego. Este modelo capitalista vigente está poniendo en peligro la humanidad y las generaciones futuras.

De acuerdo con Montón, el capitalismo intenta eximirse de su responsabilidad frente a la destrucción del medio ambiente, con falsas soluciones armónicas con la naturaleza. Una de ellas son los agrocombustibles. Sin embargo, no hay ningún sentido en ellos, debido a que para producir caña de azúcar, soya, y demás fuentes energéticas, se utiliza combustible fósil, aditivos químicos y otros elementos que contribuyen para la contaminación y destrucción del medio ambiente.

Para la Vía Campesina un punto central es fortalecer la lucha a partir de los territorios, y tener claro los enemigos contra los cuales debemos luchar, como las transnacionales. Un otro punto por el cual es necesario luchar, es la idea de que la tierra, el agua, los bienes naturales no son mercancías. Además, es necesario seguir trabajando y desarrollando la agroecología, sumando a ella los conocimientos ancestrales de producción, acumulados por nuestros pueblos. Es necesario seguir en la lucha por la reforma agraria y para que los gobiernos impulsen la producción agrícola familiar, a través de recursos federales para quien la desarrolla.

Para Diego hay que, también, fortalecer las alianzas entre los movimientos sociales, pero no sólo entre los movimientos campesinos, pero con los movimientos y organizaciones urbanas. “Los problemas que estamos discutiendo, como la escasez de alimentos y la destrucción del medio ambiente irá a alcanzar y perjudicar a todos y todas, seamos urbanos o rurales”, completó él.

Rigoberta Menchú visita el Campamento de la CLOC-Vía Campesina

Deolinda del Valle/ CLOC Argentina
La premio Nobel de la Paz de Guatemala (1992), Rigoberta Mechú, visitó el Campamento de la CLOC - Vií Campesina para compartir con las y los compañeros que se han congregado en este espacio, acompañada de una delegaciòn de Venezuela y Chile. La compañera Francisca Rodriíuez de ANAMURI, parte de la comisión política de la CLOC, agradeció el gesto de la hermana.

El Delegado de Venezuela dijo “que el IV Foro Social Américas es una respuesta al imperialismo y una propuesta dentro de la diversidad, es necesario construir la unidad contra el mundo de guerra que amenaza al planeta tierra, lo cual requiere de esfuerzo, pero tenemos el compromiso moral y político de estar aquí". En este marco saludó a nombre del pueblo venezolano y del presidente Hugo Chavéz afirmó el compromiso de hacer resistencia, de salvar el planetea, para eso es importante participar en espacios de diálogo y debate como el foro.

Rigorberta Menchú dijo estar orgullosa de participar del l IV Foro Social Américas “yo nací en la lucha campesina, mi padre fundó el CUC y por eso dio la vida, fue quemado vivo junto a 39 personas más en la Embajada de España el 31 de enero de 1980 en Guatemala. Cada vez que veíamos la lucha campesina nosotros decíamos por ahí vamos porque es la defensa de la vida digna, trabajando por la unidad del campesinado, en este contexto saludo a las delegadas y delegados de la CLOC -Vía Campesina" señaló.

Menchú compartió un poema para animar el espirítu de la militancia: “Cortaron nuestras ramas, cortaron nuestras flores, arrancaron nuestros arbolitos, cortaron y quemaron nuestros troncos pero no quemaron nuestras raíces”. En este sentido, indicó que “Solo unidos vamos a salir adelante, nadie va a salir adelante sino hacemos una fuerza comunicada. Quizás no cambiemos de un año a otro, pero con nuestro esfuerzo tenemos que descolonizar más de 500 años de nuestra mente, de nuestras organizaciones para construir una América libre”.

Finalmente, animó a acompañar el proceso boliviano “vamos a demostrar que lo imposible es posible y con el apoyo del continente, especialmente de Ecuador, Venezuela, Cuba y de los Mapuches. Instó a los dirigentes a dar lugar a los jóvenes que tienen la responsabilidad de darle continuidad a la lucha de largo plazo, porque ellos son nuestras raíces.

viernes, 13 de agosto de 2010

Reunión Campaña Semillas CLOC – Vía Campesina

Documento final
Quito, 22 al 24 de julio de 2010

La Campaña de las Semillas convocada desde Vía Campesina e impulsada en nuestro continente por la CLOC junto con diversas organizaciones y movimientos se ha desarrollado en los últimos años a través de miles de iniciativas locales donde las mujeres, las comunidades indígenas y campesinas han desempañado un rol preponderante en demostrar cómo las semillas nos permiten resistir, producir y defender nuestra identidad. Hoy en el desarrollo del V Congreso de la CLOC-V.C. enfrentamos el desafío de revitalizar su papel como centro de la vida y de la producción campesina.

En este contexto, nos reunimos en Quito con el propósito de compartir y evaluar los caminos recorridos, las acciones y formulaciones políticas y, construir y ampliar propuestas que nos permitieran dar un nuevo impulso y convertirla en parte integral de los debates, la elaboración y las banderas políticas de la CLOC y la Vía Campesina.
El camino recorrido.

La historia de la Campaña tiene sus orígenes en el 3° Congreso de la CLOC “Soberanía alimentaria por un futuro sin hambre. Fuera la OMC de la agricultura”, realizado en México en 2001, cuando las mujeres de la CLOC reunidas en la Segunda Asamblea Continental de las Mujeres del Campo: “Mujeres del campo, cultivando un milenio de vida, justicia e igualdad”, propusieron al III Congreso de la Cloc y a La Vía Campesina llevar a cabo una campaña mundial de defensa de las semillas nativas y criollas.

De este modo, La Vía Campesina y Amigos de la Tierra Internacional junto a otras organizaciones aliadas, durante el Foro que se realizó en el marco de la Cumbre Mundial de la Alimentación (Roma, 2002), establecieron que las semillas son la continuidad de la vida y garantía de la soberanía alimentaria, lanzando la campaña mundial “Las semillas patrimonio común de la humanidad”.

En la Declaración en Roma señalamos “que desde sus orígenes, la agricultura fue protegida por las culturas ancestrales, quienes nos la legaron en herencia y nos enseñaron a preservarla y continuar asi con la vida”. Las semillas son obra campesina e indígena, una creación colectiva que refleja la historia de los pueblos y especialmente de sus mujeres, quienes fueron sus creadoras iniciales y se han mantenido a través de la historia como sus principales guardianas y mejoradoras.

Y además afirmamos, que “nunca el proceso de expropiación y marginacion contra pueblos indigenas, aborígenes y campesinos del mundo habia sido tan fuerte, cruel y despiadado como ahora. Por la globalización de la ambicion, por poderosas corporaciones transnacionales que se han venido apropiando de nuestras tierras y privatizando la vida y confiscando nuestros derechos colectivos, de presentes y futuras generaciones, al pretender imponer supuestos derechos de propiedad intelectual de los genomas y la manipulación genética”.
Enfatizamos que “sin semillas no hay agricultura; sin agricultura no hay alimentacion; y sin alimentacion no hay pueblos. por eso hoy nos declaramos en una gran campaña mundial en defensa de las semillas sustentadoras de la vida, impulsando la declaración en que sean reconocidas como patrimonio comun de la humanidad”.

En el Tercer Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre en enero de 2003, la Via Campesina levanta con mas fuerzas las banderas de la Soberanía Alimentaria y desde la Campaña Semillas nos planteamos llevar a cabo diversas acciones para impedir la manipulación genética que tenga como motivación la dominación y opresión de los pueblos. Llamamos a fomentar y estimular el libre intercambio de semillas, el rescate de experiencias locales de conservación, y las ferias campesinas para compartir sabidurías, intercambiar semillas y productos agroecológicos dinamizando mercados locales y regionales. También nos planteamos concretar diversas acciones para recuperar la memoria histórica y la cultura ancestral del manejo de semillas, promoviendo una agricultura ecológica urbana y rural que reproduzca el milagro de más y mejores alimentos y semillas.

Posteriormente, en Caguazu, Paraguay, el 21 y 22 de abril de 2003, en una reunión de LVC, Amigos de la Tierra Internacional y Grain, se realizó la fundamentación de la Campaña y se construyeron los principios.

En este encuentro, afirmamos que “la semilla es muchísimo más que un recurso productivo, que ellas son simultáneamente fundamento y producto de culturas y sociedades a través de la historia. En la semillas se incorporan valores, afectos, visiones, y formas de vida que las ligan al ámbito de lo sagrado. Sin ellas es imposible el sustento y la soberanía de los pueblos. [...] Por tanto, las semillas y el conocimiento asociado a ellas son parte fundamental e insustituible de la soberanía alimentaria de los pueblos”. Simultáneamente, concluimos que las semillas no son un patrimonio de la humanidad, sino nuestro patrimonio, de los pueblos campesinos e indígenas, quienes las creamos, diversificamos y protegimos a través del tiempo y las ponemos al servicio de la humanidad. De allí en adelante nuestra campaña quedó establecida como “Las Semillas, Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad.”

De esta forma las semillas no son apropiables. Ellas deben mantener en todo momento su carácter de patrimonio colectivo, frente al cual hay deberes ineludibles que cumplir, incluso por sobre el derecho a gozar de él. La Campaña, por lo tanto, se opone a la propiedad intelectual y a toda forma de apropiación de la vida.

En base a esto se definieron los siguientes principios:

• La Campaña se basará en las múltiples formas de conocimiento indígena y campesino en torno a las semillas, la agricultura y la biodiversidad; se parte del convencimiento que estas formas de conocimiento son válidas por si mismas y no requieren de validación externa, científica o de otra índole.
• la Campaña deberá buscar formas efectivas de involucrar y comprometer al conjunto de la sociedad. Ello incluye el involucrar y requerir el aporte de técnicos y científicos cuando los procesos de erosión biológica y cultural lo hagan necesario. El liderazgo y la toma final de decisiones debe esta en LVC. y en las organizaciones de los campesinos y campesinas, de los indígenas y las comunidades.
• La Campaña es parte de las luchas por defender, reforzar y/o recuperar la soberanía política, cultural, económica y alimentaria de los pueblos, y se encuadra en una lucha más amplia contra el sistema capitalista y su fase neoliberal. Por lo mismo, es parte de la búsqueda de proyectos populares alternativos.
• Igualmente, las semillas no pueden ser defendidas si no se defiende las condiciones necesarias para la continuidad de las culturas que las mantienen y les dieron origen. La Campaña, por lo tanto, debe estar íntimamente ligada a la defensa de la tierra y los territorios y a las culturas campesinas e indígenas.

En base a estos principios, la Campaña promueve la aplicación de enfoques que fomenten la toma de decisiones y el desarrollo de iniciativas conocimiento y tecnología de manera local y descentralizada. Es decir, la metodología, los contenidos y la iniciativa de la campaña han sido definidos desde una perspectiva campesina e indígena. La Campaña ha sido liderada por la Vía Campesina y las organizaciones campesinas e indígenas y especialmente las mujeres, reconociendo los aportes históricos y actuales de los expertos y expertas y especialistas indígenas y campesinos. creando condiciones para valorar, reconocer y socializar sus aportes.

Así constatamos que la Campaña ha contribuido a reactivar el conocimiento y la diversidad de uso de los cultivos y las semillas, fomentando y reactivando las culturas culinarias, las artesanías y otros usos, valorando y reforzando los usos rituales. Promoviendo la diversidad de cultivos y tecnologías. Ligando agricultura y reforestación. Apoyando y dinamizando todas las formas de intercambio de semillas y conocimientos entre comunidades indígenas y campesinas. Contribuyendo al fortalecimiento y ampliación de la producción y reproducción de semillas de manera autónoma y descentralizada.

La Campaña ha fomentado, defendido y reactivado los procesos y mecanismos de creación y socialización de conocimiento en las comunidades indígenas y campesinas. Desarrollando formas de investigación local en base a principios, preocupaciones y enfoques campesinos. Impulsando luchas más amplias que permitan asegurar las condiciones necesarias para la mantención de los sistemas de conocimiento campesinos e indígenas.

La Campaña ha promovido y socializado un marco ético acorde con sus principios, contribuyendo a construir iniciativas y orientaciones dentro de ella. Impulsando encuentros e intercambios campesinos que han ido definiendo normas de conducta en torno a las semillas. Promoviendo debates para establecer e identificar tanto derechos como deberes en torno a las semillas y la biodiversidad.

La Campaña ha destacado el aporte invaluable e irremplazable de las semillas campesinas a la humanidad, basado principalmente en recursos, capacidades y conocimientos propios, como un ejercicio de soberanía que no requiere el beneplácito de las autoridades ni de sectores poderosos. Resaltando en todo momento su carácter esperanzador.

La Campaña ha involucrado al conjunto de la sociedad a través de actividades culturales, de educación y festivas que han contribuido a crear conciencia y mística en torno a las semillas y al papel de los pueblos indígenas y campesinos. Haciendo conciencia que las semillas campesinas son base de la alimentación y de la soberanía alimentaria.

Desde su formulación y sus principios ha estado ligada a las demás campañas de Via Campesina, así como a la lucha contra los tratados internacionales de libre comercio, las diversas formas de globalización, homogenización cultural y privatización, y en contra de los organismos financieros internacionales.

La campaña ataca fuertemente y desnuda al capitalismo quien es incapaz de organizar algo tan complejo, bello y variado como la diversidad agrícola. Por eso industrializa el suelo, trata a la tierra como materia inerte, cambia el significado de la agricultura y de la alimentación y rompe con las leyes de la naturaleza envenenando plantas, animales y personas. Explota y aniquila campesinos, privatizando el agua, usurpando la biodiversidad, concentrando la tierra en las corporaciones transnacionales. Militariza territorios, criminaliza a los defensores de la tierra, destruye diversidad y vida mediante tratados comerciales. Transgrediendo todos los principios y leyes de la naturaleza y de las divinidades modifica genéticamente las semillas.

El contexto actual

En los últimos años, se ha dado un recrudecimiento de la ofensiva de los transgénicos, de los agronegocios (monocultivos) y del extractivismo. Los transgénicos amenazan los territorios campesinos, contaminan las semillas criollas. La promoción de los cultivos transgénicos están asociados a procesos de militarización y están provocando el desplazamiento de miles de familias campesinas. En los países de América Latina y el Caribe se han implementado cambios en los marcos jurídicos que favorecen la entrada de los transgénicos y las semillas híbridas, e incluso están llevado a la ilegalización de los sistemas de semillas criollas: transporte, intercambio, reprodución y multiplicación. En países como México, se ha suspendido la moratoria a los transgénicos para favorecer su entrada. La promoción agresiva de semillas “mejoradas”, las “terminator” que no pueden reproducirse viene destruyendo las variedades criollas, pero además provocan la ruina de los pequeños agricultores, puesto que este paquete tecnológico está asociado a la utilización de grandes dosis de fertilizantes químicos y plaguicidas.

En todas partes hemos visto cómo se imponen reglas y leyes que coartan nuestro derecho a utilizar e intercambiar libremente las semillas. A pesar de la fuerte oposición de las organizaciones sociales, se han impuestos sistemas de registro de variedades, de patentes, de derechos de obtentor, de certificación obligatoria, etc. Las organizaciones presentes coincidimos en que todos estos mecanismos son dañinos, son un arma en contra de los campesinos y pueblos indígenas, están al servicio de los grandes capitales y se han convertido en un nuevo gran negocio. Sin embargo, no estuvimos de acuerdo sobre cómo enfrentarlos. Acordamos impulsar un fuerte proceso de debate al respecto en nuestro continente y proponerle a la Via Campesina que haga lo mismo a nivel internacional.

Hoy sufrimos un fuerte proceso de concentración de la tierra. El acaparamiento de tierra se ha vuelto un fenómeno común en el continente. Grandes empresas transnacionales, sociedades anónimas, fondos especulativos e inversionistas individuales han venido apropiándose de importantes extensiones de tierras, amenazando la producción alimentaria y la cultura campesina. Esta situación ha conllevado a una descampesinización del campo, lo que ha provocado una fuerte migración de la juventud y los hombres, dejando en las mujeres la mayor responsabilidad de la reproducción y sostenimiento de la producción y los sistemas alimentarios. El campo se ha feminizado.

Los gobiernos y las Naciones Unidas han sido capturados en términos políticos, económicos y culturales por las corporaciones transnacionales. La OMC se ha apoderado de las políticas mundiales y eliminó la justicia, la solidaridad, la ética del respeto a la vida y a la naturaleza de su lenguaje.

Avances y retos de la Campaña

Ante este grave contexto, la Campaña y las organizaciones campesinas venimos desarrollado diversas estrategias y actividades en defensa de las semilla y la producción agroecológica, expresándose de diversas formas en lo local, a través de las ferias de saberes, sabores y semillas, las fiestas de las semillas y la diversidad y los intercambios, logrando transcender más allá de la CLOC y la LVC, articulándose con muchisimas organizaciones en el continente.

Alrededor del mundo se realizan diversas acciones para defender la Semillas. Múltiples marchas, movilización y acciones de ocupación y destrucción de campos de transgénicos se han realizado en diversas partes del planeta, muchos de ellos realizados por mujeres campesinas. La acción de las mujeres de la Vía Campesina contra las semillas terminator, en marzo 2006, al interior de la 8° Conferencia de las Partes sobre Diversidad Biológica realizada en Curitiba, logró mantener la moratoria y detener la avanzada de estas semillas, impidiendo así un crimen contra la humanidad.

Familias campesinas e indígenas siguen trabajando en la recuperación de semillas, y son notorias las experiencias, como la Casa Róga en Paraguay, los semilleros campesinos de Chile, las redes de semillas en Colombia, las experiencias de reproducción de semillas de Bionatur y el MPA en Brazil, junto a múltiples otras experiencias, que han buscado mantener en los pueblos el control de las semillas, en contraposición a las semillas “secuestradas” en los bancos de semillas de los centros de investigación. Por las cuales la Campaña siempre ha pedido sean liberadas y entregadas a sus verdaderos custodias y custodios.

El trabajo de reproducción y recuperación local de las semillas ha sido un componente fundamental e imprescindible para garantizar la diversidad, es necesario complementar con procesos de multiplicación de la semilla. Hoy se ve la necesidad de ampliar las iniciativas de multiplicación, sin descuidar o subvalorar la continuidad de la recuperación y reproducción. Hasta el momento las principales experiencias de multiplicación están basadas en Brasil, en el que uno de sus principales aprendizajes, es que debe basarse en un amplio trabajo en redes de familias campesinas vinculadas a las organizaciones. Así mismo, la experiencia muestra la necesidad de vincular fuertemente al trabajo de multiplicación a una formación política que permita colocar esto al servicio de los intereses de la agricultura campesina y las organización campesinas.

De esta manera, la campaña ha avanzado en la comprensión política de la defensa de las semillas. Sus desafíos son lograr un mayor desarrollo y posicionar la defensa de las semillas como un eje central en el debate, en los planteamientos y en las luchas políticas de LVC. Asimismo es un desafío que la campaña se multiplique y trascienda en todas las regiones y pase a ser parte central en la dinámica internacional.

En estos avances es innegable el importante papel que han tenido las mujeres como motores de la campaña y un desafío es garantizar que el trabajo de multiplicación no invisibilice su papel y sus aportes.

Los desafíos que se abren hoy día, están en mantener enfoques integrales que considere las necesidades inmediatas y las de largo plazo, de todos los aspectos que garantizan la asistencia de la semilla: reproducción, recuperación, multiplicación, valoración, mejoramiento, mantenimiento, almacenamiento.

Se requiere fortalecer y profundizar los procesos de formación política y técnica que se impulsan desde LVC y sus aliados. Estos procesos deberán incorporar los desafíos y los retos de la Campaña para contribuir a resolverlos.

Es necesario profundizar en enfoques de defensa y desarrollo de territorios autónomos y sustentables. En el avance en estas luchas es necesario mantener las múltiples dimensiones y formas de valorización: simbólico, cultural, político, económica, espiritual, mística, productiva, social.

El trabajo y el fortalecimiento del trabajo con los aliados es indispensable y requiere ampliarse. También debe insistirse en la difusión tanto interna como externa del trabajo que ha venido haciendo la campaña y de las experiencias que existen en los diversos territorios. Desde el movimiento se reconoce la necesidad de mantener la autonomía de los movimientos sociales y populares frente a los gobiernos, reconociendo distintas relaciones y grados de convergencia. Igualmente se ve la necesidad de mantener, una mirada autónoma frente a las políticas públicas diferenciando las políticas públicas al servicio del agronegocio frente a las políticas públicas construidas desde los movimientos campesinos. Y por eso nos hemos comprometido a luchar contra todas las formas de privatización de las semillas y el conocimiento que va con ellas. Nos hemos comprometido a luchar contra la multiplicación, siembra y distribución de las semillas transgénicas en todo el mundo. Repudiamos y rechazamos la ayuda alimentaria con semillas transgénicas que el gobierno de Estados Unidos ha enviado a los países africanos.

Algunas de las propuestas son:

1. Impulsar ampliamente estrategias de multiplicación que permitan el acceso y uso masivo de las semillas campesinas, fortaleciendo sistemas autónomos
2. Realizar un debate profundo y de manera urgente sobre registros de semillas, propiedad intelectual y certificaciones, considerando que existen diversas visiones sobre cómo enfrentar los problemas que ellos crean
3. Contribuir a los procesos de sistematización de la formación que viene haciendo LVC y la CLOC, e incluir la defensa de las semillas como parte integral de esa formación
4. Trabajar en un renacer de la reforma agraria incorporando lo cotidiano, lo afectivo, las diversas cosmovisiones, incoporando elementos como las semillas, la agroecología campesina, el agua, la defensa del territorio para mejorar el enfoque de desarrollo rural utilizado hasta ahora.
5. Defender y promover la producción agroecológica campesina y los instrumentos que se requieren para mantenerla viva, como los mercados locales, los aprendizajes campesino a campesino, etc. y luchar para que no se mercantilice y no se convierta en una experiencia elitista y divisoria
6. Posicionar el debate sobre la defensa de las semillas durante el V Congreso de la Cloc.

La CLOC presente en el IV Foro Social Américas

Viviana Rojas Flores/CLOC

Una gran delegación, conformada por distintos países del continente, militantes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo y de la Vía Campesina participan en el IV Foro Social de las Américas (FSA), este espacio busca fomentar la discusión y la capacidad de propuestas de los distintos movimientos y organizaciones sociales. Además, es una oportunidad de establecer alianzas y sistemas de articulación que fortalezcan las luchas sociales no solo del continente sino del mundo, bajo la consigna de que "Otro Mundo es Posible".

En el marco de este evento, la CLOC- Vía Campesina ha diseñado un campamento donde se espera recibir a más de 300 delegadas y delegados, a los cuales se les facilitará la alimentación y hospedaje. “Este es un proceso de construcción colectiva donde todas las organizaciones hemos puesto un granito de arena para tener presencia y posicionar nuestra propuestas” señaló una delegada de Ecuador.

La CLOC- Vía Campesina es una organización histórica con 16 años de compromiso constante con la lucha social contra el sistema patriarcal y capitalista que ha destruido la vida de campesinas y campesinos, en este contexto es un compromiso aportar en la discusión política en espacios como el Foro Social de las Américas, al presente esta socializando algunas de sus banderas de lucha relacionadas con: La economía para la vida: Las mujeres en la construcción del Buen Vivir/ Bien Vivir, Las Falsas Soluciones del Ambientalismo de Mercado y Agronegocios, soberanía alimentaria y cambio climático.

Por otro lado, el Secretario Operativo de la CLOC, Luis Andrango, ve este espacio como una oportunidad de unificar y recopilar insumos que eleven la discusión y debate, incluso que alimente el espíritu y la mística del V Congreso de la CLOC que se efectuará del 8 al 16 de Octubre en Quito, Ecuador. “Este V Congreso es el resultado de un proceso de lucha, evaluación y formación continental de un año de preparación que iniciamos en abril de 2009 en la Habana, Cuba y que fue fortaleciéndose aun más en la reunión a nivel continental e internacional con la Vía Campesina mantenida en el mes de Octubre de 2009 en Quito. Este espacio es desafío para retomar la articulación de la lucha continental” indicó Andrango.